la pintura de ball-clay

ball-clay


La pintura de Ball-Clay se mueve en torno a una línea figurativa : en ella aparecen evocaciones de gestos humanos como una constante, remitidos a los aspectos mas profundos, inconscientes del ser humano. Son imágenes que abarcan la dimensión mas absurda, irracional y psíquica del comportamiento.
Nuestros personajes rehuyen todo intento de individualización, tienden, por el contrario, ala síntesis, a la unificación, hasta el punto de fusionarse en ellos hombres, animales e híbridos de ambos. En muchas culturas y religiones, sobre todo pertenecientes a mundos llamados “primitivos”, abundan este tipo de identificaciones, y este proceso unificador se realiza a través de la superposición de símbolos, habitando así un mundo mágico y de malabarismos.
Para Ball-Clay la imaginación y la memorización se confunden, permitiendo una evocación de lo intemporal humano, a través de trazos y gestos ancestrales, en un entorno actual donde la velocidad y la abundancia de imágenes impide una observación y análisis de lo primordial, de lo mas arraigado y profundo que nos enlaza con cualquier otra civilización.

Ball-Clay es un proyecto común de dos creadores, Eduardo Andaluz y Luisa Arcos. Las obras por tanto pertenecen al terreno donde el contagio de ideas se establece como norma fundamental para la creación. En esta tensión del diálogo, tan útil para el espectador, es desde donde se origina el sentido de su creación artística.

Las obras de Ball-Clay son una expresión contemporánea de ritos y sentidos ancestrales en un debate que se establece en la modernidad. Lo primitivo no es utilizado como base cultural sino como punto de anclaje donde las formas sugieren que existe un doble lenguaje intrínseco : Un disfrute en la primera mirada y una inquietud en el trasfondo de su contenido.